EQUILIBRIOS

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 EQUILIBRIOS





Equilibrio de los cuerpos sumergidos


De acuerdo con el principio de Arquímedes, para que un cuerpo sumergido en un líquido esté en equilibrio, la fuerza de empuje E y el peso P han de ser iguales en magnitudes y, ademås, han de aplicarse en el mismo punto. En este caso, la fuerza resultante R es cero y también lo es el momento M, con lo cual se dan las dos condiciones de equilibrio. La condición E = P equivale de hecho a que las densidades del cuerpo y del líquido sean iguales. Por lo tanto, el equilibrio del cuerpo sumergido es indiferente.

Equilibrio de los cuerpos flotantes


Si un cuerpo sumergido sale a flote es porque el empuje predomina sobre el peso (E>P). En el equilibrio ambas fuerzas aplicadas sobre puntos diferentes estarån alineadas, tal es el caso de las embarcaciones en aguas tranquilas. Si por efecto de una fuerza lateral, como la producida por un golpe de mar, el eje vertical del navío se inclinara hacia un lado, aparecerå un par de fuerzas que harån oscilar el barco de un lado a otro. Cuanto mayor sea el momento M del par, mayor serå la estabilidad del navío, es decir, la capacidad para recuperar la verticalidad. Ello se consigue diseñando convenientemente el casco y repartiendo la carga de modo que rebaje la posición del centro de gravedad, con lo que se consigue aumentar el brazo del par.

 Ejercicio resuelto:













Entonces:


  
Comparando los dos resultados se puede ver que el mercurio ejerce mayor fuerza de empuje sobre la esfera.


ManĂłmetros y BarĂłmetros


La mayoría de los medidores de presión o manómetros, miden la diferencia entre la presión de un fluido y la presión atmosférica local. Para pequeñas diferencias de presión se emplea un manómetro que consiste en un tubo en forma de U con un extremo conectado al recipiente que contiene el fluido y el otro extremo abierto a la atmósfera. El tubo contiene un líquido, como agua, aceite o mercurio, y la diferencia entre los niveles del líquido en ambas ramas indica la diferencia entre la presión del recipiente y la presión atmosférica local.






El barĂłmetro es el aparato con el que se mide la presiĂłn atmosfĂ©rica. Como en el caso de los manĂłmetros, los hay tambiĂ©n de mercurio y metĂĄlicos. Los primeros se basan en el dispositivo utilizado por Torricelli en sus experimentos. El llamado barĂłmetro de fortĂ­n es, de hecho, una reproducciĂłn mejorada del aparato de Torricelli. Su cubeta posee un fondo compuesto de un material flexible, por lo que puede ser alterado mediante un tornillo auxiliar, con el fin de conseguir ajustar el nivel del mercurio de la cubeta al cero de la escala graduada cada vez que se efectĂșa una medida. Los barĂłmetros de sifĂłn son simples manĂłmetros de tubo cerrado en los cuales la rama corta del tubo en J hace las veces de cubeta y la rama larga de tubo de Torricelli. Los barĂłmetros metĂĄlicos o aneroides constan de una caja metĂĄlica de paredes relativamente elĂĄsticas, en cuyo interior se ha efectuado el vacĂ­o. Un resorte metĂĄlico hace que las paredes de la caja estĂ©n separadas. En su ausencia dichas paredes tenderĂ­an a aproximarse por efecto de la presiĂłn exterior. Por igual procedimiento variaciones en la presiĂłn atmosfĂ©rica producen cambios en la forma de la caja que se transmiten al resorte y Ă©ste los indica, a travĂ©s de un mecanismo de amplificaciĂłn, sobre una escala graduada en unidades de presiĂłn. Los barĂłmetros metĂĄlicos pueden mortificarse de forma que sus resultados queden registrados en un papel. De este modo se puede disponer de informaciĂłn sobre cĂłmo varĂ­a la presiĂłn atmosfĂ©rica con el tiempo. 
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