El primer atlas mundial del cielo nocturno artificial edpidemia de luces que estĂĄ afectando tu salud (y la del planeta)

JD
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mapa de Europa

   El brillo del cielo no es solo un problema en las zonas urbanas. El Valle de la Muerte obtiene resplandor lumĂ­nico de Las Vegas y de Los Ángeles en EE UU. La tercera parte de la humanidad ya no puede ver la VĂ­a LĂĄctea

El nuevo Atlas Mundial del Brillo Artificial del Cielo Nocturno, producido por un grupo de destacados cientĂ­ficos -dirigidos por el italiano Fabio Falchi- fue publicado hace poco por la revista cientĂ­fica "Science Advances".

Y se trata de un logro notable.

El primer atlas apareciĂł en el año 2001, pero estaba basado en un sistema de medida satelital menos preciso. Este Ășltimo atlas ofrece mucha mĂĄs claridad.

Mide lo que se conoce como "resplandor de la luz artificial" -la luz reflejada de la luz eléctrica, que se esparce por la atmósfera- en todo el mundo.

El resplandor lumínico es consecuencia de la contaminación lumínica, o del exceso de luz eléctrica durante la noche.

ÂżCuĂĄl es la magnitud del problema?


DESTRUCCIÓN DEL CIELO

Una prueba sobre cuĂĄn lejos hemos llegado en la destrucciĂłn del cielo nocturno con el resplandor lumĂ­nico es que, segĂșn calculan Falchi y sus colegas, la VĂ­a LĂĄctea ya no es visible para una tercera parte de la humanidad.

Y las regiones mĂĄs industrializadas se llevan la peor parte: un 60% de los europeos y un 80% de los norteamericanos ya no pueden ver la VĂ­a LĂĄctea por la noche.



El problema, sin embargo, no se limita a la observaciĂłn astronĂłmica.

Tal y como señalan Falchi y sus colegas, tambiĂ©n afecta a la salud medioambiental y pĂșblica.

Como epidemiólogo que lleva estudiando el impacto sobre la salud de la iluminación eléctrica durante décadas, este asunto me preocupa enormemente.

El Atlas utiliza mediciones tomadas por el satélite Suomi Asociación Nacional de órbita polar (S-NPP), que orbita a 800 kilómetros sobre la Tierra y toma fotografías se su superficie por la noche.

El satélite puede percibir la intensidad de cualquier fuente lumínica que detecta, señalando su ubicación.



Estas medidas se permiten producir coloridos mapas de cada parte del mundo que muestran el nivel de brillo lumĂ­nico sobre ciudades, pueblos y campos adyacentes.

Los investigadores también señalaron en el mapa los lugares mås alejadas de los cielos prístinos.

Aunque los mapas son bonitos y atractivos a la vista, el mensaje subyacente es siniestro.



SIN VER LAS ESTRELLAS

Cuanto mayor es el brillo en el cielo, mĂĄs oscuro es el cielo nocturno.

Por ejemplo, en Times Square, en el corazĂłn de Nueva York (Estados Unidos), puedes contar tan solo una docena de estrellas en el cielo a medianoche, con suerte.
En las zonas que el mapa muestra en rojo, los autores nos dicen que la gente no experimenta la noche real debido a un crepĂșsculo artificial por el brillo en el cielo.

De hecho, tal y como explican Falchi y sus colegas, "el paĂ­s con mayor contaminaciĂłn lumĂ­nica es Singapur, en donde toda la poblaciĂłn vive bajo un cielo tan brillante que el ojo no puede adaptarse completamente a la visiĂłn nocturna".

En las regiones mås afectadas de las grandes ciudades de Europa, América y Asia, los niveles de luz locales fuera de las calles pueden impedir o retrasar nuestra hora nocturna normal, que debería comenzar con la puesta de sol.

América del norte


CONSECUENCIAS PARA LA SALUD

Los efectos en nuestra salud de estas fuentes lumĂ­nicas en la noche y el brillo que causan en el cielo son objeto de una intensa investigaciĂłn y todavĂ­a no fueron completamente calculados.

Las sociedades en vías de desarrollo también estån adoptando la iluminación eléctrica por la noche.

Y la contaminación lumínica se estå expandiendo a un ritmo epidémico.

El brillo del cielo no es solo un problema de las grandes ciudades y zonas urbanas. Tal y como explican los autores, el Valle de la Muerte obtiene resplandor de Las Vegas y Los Ángeles y, por tanto, experimenta contaminación lumínica.

Los humanos, como la mayoría de los seres vivos del planeta, tienen un ritmo circadiano endógeno; un ciclo construido de patrones de sueño y de vigilia, hambre, actividad, producción de hormonas, temperatura corporal y otros procesos fisiológicos.

El ciclo dura unas 24 horas y la luz -sobre todo la del sol- y la oscuridad son importantes para su funcionamiento.

El brillo del cielo que muestran los atlas estĂĄ, probablemente, por debajo del umbral y afecta directamente a nuestros ritmos circadianos.

También consecuencias ecológicas

Los humanos viven con electricidad desde fines del siglo XIX, y con acceso generalizado en paĂ­ses industrializados solamente desde el siglo XX.



Y es ahora cuando estamos comenzando a comprender las consecuencias para la salud de la luz artificial en nuestra fisiologĂ­a circadiana.

El aumento de la iluminaciĂłn nocturna coincide con nuestro creciente entendimiento de la fisiologĂ­a circadiana y sobre cĂłmo la luz en la noche puede interrumpirla.

Recientemente comenzó a sospecharse que algunos trastornos graves podrían ser el resultado de la interrupción de los ritmos circadianos, como la falta de sueño, la obesidad, algunos tipos de cåncer y alteraciones del estado de ånimo.

También hay algunas serias consecuencias ecológicas de la contaminación lumínica, que incluyen episodios de mortalidad en aves migratorias y en mamíferos marinos.


La tecnología creó el problema de la contaminación lumínica con la invención de la bombilla eléctrica. Y la tecnología de la ciencia biológica nos muestra qué tipos de luz y a qué horas del día son mås o menos dañinos para nuestra salud.

America del sur

Este conocimiento estĂĄ siendo explotado para producir recursos lumĂ­nicos apropiados segĂșn la hora del dĂ­a: es mejor la luz brillante con alto contenido de azul (como fluorescente compacta) en la mañana, y la luz tenue con bajo contenido de azul (como las lĂĄmparas incandescentes de baja potencia) cuando comienza a anochecer.

Y es mejor apagar las pantallas azules brillantes de las tabletas y celulares inteligentes; lee un libro (de verdad) por la noche.

Una de las muchas implicaciones de este trabajo es el alumbrado pĂșblico. Las luces de muchas grandes ciudades estĂĄn bajo la mira, porque producen longitudes de onda azules, mĂĄs perjudiciales para nuestra salud circadiana.

Tal vez sea el momento de repensar el alumbrado pĂșblico.


La eficiencia energética es importante, pero también lo es la salud del planeta.
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