Erupción volcánica en Islandia

JD


 


Erupción volcánica en Islandia: ¿Qué está pasando con el volcán Fagradalsfjall?


El volcán Fagradalsfjall, situado en la península de Reykjanes, al suroeste de Islandia, ha entrado en erupción varias veces desde marzo de 2021, después de más de 800 años de inactividad. La última erupción se produjo el miércoles 3 de agosto de 2022, cuando el volcán expulsó magma por primera vez desde septiembre de 2021.


 ¿Qué causa las erupciones?


Islandia se encuentra sobre un límite de placas tectónicas que se separan continuamente, alejando a Norteamérica y Eurasia a lo largo de la Dorsal Mesoatlántica. Esto provoca una gran actividad sísmica y volcánica en el país. En los últimos meses, se han registrado más de 40.000 terremotos en la zona de Reykjanes, algunos de ellos superiores a 5 grados en la escala de Richter.


Los terremotos son el resultado del movimiento del magma bajo la superficie, que busca una salida para liberar la presión. El magma es una mezcla de roca fundida y semifundida que se encuentra bajo la superficie de la Tierra y que puede provocar una erupción cuando sale a la superficie, convirtiéndose en lava.


¿Qué consecuencias tiene la erupción?


La erupción del volcán Fagradalsfjall ha generado espectaculares imágenes de ríos de lava y fuentes de fuego que se pueden ver desde la capital, Reikiavik, situada a unos 30 kilómetros del volcán. La lava ha cubierto un área de unos 3 kilómetros cuadrados y ha formado un campo de lava. Algunos turistas y curiosos se han acercado al lugar para observar el fenómeno natural, aunque se requiere una caminata difícil de varias horas desde la ruta más cercana.


La erupción no ha causado grandes daños materiales ni humanos, ya que el volcán se encuentra en una zona poco poblada y alejada de los centros urbanos. Sin embargo, las autoridades han declarado el estado de emergencia y han ordenado evacuaciones preventivas en la ciudad costera de Grindavík, donde viven unas 3.000 personas, por temor a que el magma pueda llegar hasta allí. También se ha cerrado la Laguna Azul, una piscina termal mundialmente famosa, debido a la actividad sísmica en curso.


El mayor riesgo para la población es la contaminación por los gases que se liberan durante la erupción, especialmente el dióxido de azufre, que puede causar irritación en los ojos, la nariz y la garganta, así como problemas respiratorios. Por eso, se ha recomendado a los residentes cercanos que mantengan las ventanas cerradas y que sigan las instrucciones de las autoridades. La Oficina Meteorológica de Islandia (OMI) ha dicho que es probable que la contaminación tenga poco efecto en la salud y el bienestar de los habitantes de la zona.


La erupción tampoco ha afectado al tráfico aéreo, ya que el volcán no ha arrojado mucha ceniza, que puede interferir con los motores de los aviones. Esto contrasta con lo ocurrido en 2010, cuando la erupción del volcán Eyjafjallajökull provocó el cierre del espacio aéreo europeo durante varios días.


¿Qué se espera para el futuro?


La OMI ha informado que la actividad del volcán ha disminuido desde el miércoles y que no hay indicios de que el magma se esté acercando a la superficie. Sin embargo, también ha advertido que los terremotos pueden llegar a ser mayores que los que ya se han producido y que esta secuencia de acontecimientos podría desembocar en una nueva erupción.


Los expertos no pueden predecir con exactitud cuánto durará la erupción ni qué impacto tendrá en el medio ambiente y en la sociedad. Dependerá de factores como la cantidad y la composición del magma, la presión y la temperatura, la topografía y el clima. Lo que está claro es que Islandia es un país con una naturaleza viva y cambiante, que ofrece espectáculos impresionantes pero también desafíos constantes.


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